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6 puntos imperdibles en la Isla de Pascua

Visitar la Isla de Pascua es una de esas experiencias únicas en la vida; una pequeña mancha de tierra ubicada en el medio del Océano Pacífico, un viaje aquí es una oportunidad para retroceder en el tiempo y sumergirse en una forma de vida completamente única. Conocida como Rapa Nui en el idioma indígena local, la isla se ha hecho internacionalmente famosa por sus moái: inmensas estatuas de roca de estilo humano que se esparcen alrededor de la isla. Los misterios que rodearon su creación y cómo fueron trasladados de un lugar a otro han fascinado a historiadores y arqueólogos durante años, y su tamaño y estatura significan que hay que verlos para creerlos. Con rutas de senderismo y ciclismo, un clima idílico, amplias vistas oceánicas, un sinfín de mariscos frescos y una población local cálida y acogedora que quiere compartir su cultura, es uno de esos destinos que debe incluirse en tu lista de deseos.

 

Pero a pesar de que vale la pena explorar toda la Isla de Pascua, solo hay tiempo limitado por viaje y te quieres asegurar de que llegues a todos los puntos destacados, a lo mejor que Rapa Nui tiene que ofrecer. Desde las puntas de los volcanes hasta las playas vírgenes y los lugares sagrados, ¡estos son los 6 lugares imperdibles para visitar en la Isla de Pascua!

 

Rano Raraku

Un cráter volcánico extinto unido a Ma′unga Terevaka, el mayor de los tres volcanes inactivos de la Isla de Pascua, Rano Raraku es uno de los sitios más históricos y arqueológicamente importantes de toda la isla por una gran razón: era un fábrica de moái.

 

En las laderas de Rano Raraku, los isleños de Rapa Nui encontraron una enorme cantera de toba (un tipo de roca hecha de ceniza volcánica). Comparativamente suave y más fácil de tallar que la mayoría de las otras rocas, la toba era ideal para elaborar moái, por lo que el 95% de las famosas estatuas de la isla provenían de la cantera de Rano Raraku.

 

Utilizado por los isleños como fuente de toba durante más de 500 años hasta principios del siglo XVIII, en la cantera puedes ver por ti mismo la evolución del diseño de las estatuas moái. Varios moái incompletos salpican el sitio, así como las laderas circundantes. Algunas de las diferencias más notables entre estos moái y los de sitios como Ahu Tongariki incluyen la falta de los moños pukao o el hecho de que varios están enterrados hasta los hombros en lugar de mostrar todo el cuerpo. De hecho, estas estatuas de moái en la ladera son algunos de los ejemplos más famosos de moái en la isla: desde que están enterradas hasta el cuello, es de ellos que el mundo obtuvo el término «Cabezas de la Isla de Pascua», ya que fue antes de que la excavación reveló sus cuerpos subterráneos. Con 400 moái dentro y alrededor de la cantera (incluido uno adherido a la pared de la cantera que mide casi 22 metros de largo y pesa aproximadamente 200 toneladas), el descubrimiento de Rano Raraku fue clave para ayudar al mundo a comprender cómo se llevaron a cabo el diseño y la creación de los moái durante el tiempo.

 

Hay varios caminos que recorren el sitio que llevan a los visitantes más allá de la cantera y las «Cabezas de la Isla de Pascua» en la ladera. También puedes subir hasta el borde del cráter, que ahora tiene un lago de agua dulce; vale la pena subir por la vista panorámica de la isla y del océano.

Ahu Tongariki

A pocos pasos de Rano Raraku, encontrarás uno de los sitios más reconocibles de la isla: la fila de 15 estatuas de moái con el océano en el fondo.

 

Colocado encima de un ahu (una gran plataforma de piedra), Ahu Tongariki es el ahu más grande de la Isla de Pascua. En el pasado, fue la capital de Hotu Iti, un área que abarca la parte oriental de la isla que estaba gobernada por un clan del mismo nombre. Durante las guerras civiles de la isla a finales de 1770 y principios de 1800, los moái fueron derribados de la plataforma (muchos otros alrededor de la isla tuvieron un destino similar). Luego, en 1960, un terremoto en la costa de Chile (un 9.5, el más fuerte jamás registrado) causó un tsunami que azotó al ahu y su moái hacia el interior. No fue hasta la década de 1990 que el ahu fue restaurado a su lugar y grandeza original, después de un proyecto de recuperación y renovación que duró cinco años.

 

Una maravilla para contemplar cualquier día del año, Ahu Tongariki es especialmente asombroso de ver durante el solsticio de verano, cuando todos los moái miran hacia la puesta de sol. El sitio también es popular para observar la salida del sol sobre el océano con el ahu en primer plano.

Rano Kau & Orongo 

En el cabo suroeste de la Isla de Pascua se puede encontrar una de las características geográficas más sorprendentes de la isla: el enorme cráter del volcán Rano Kau.

 

Rano Kau, que se eleva a 324 metros sobre el nivel del mar, es un cráter volcánico extinto (como todos los otros volcanes en la Isla de Pascua), por lo que su inmenso y circular cráter es una visita obligada para las vistas de la isla, el océano y el lago de agua dulce en el base del cráter. Un solo sendero conduce al borde (una caminata agotadora pero relativamente fácil), donde se pueden observar las paredes cónicas del cráter, el lago y la vegetación circundante, y el océano más allá. El cráter, que tiene más de un kilómetro de ancho, es especialmente interesante porque, gracias a los altos muros que protegen la base de los vientos, el cráter ha formado su propio microclima; las vids/plantas trepadoras (engl.: vines) y los higos crecen especialmente bien aquí. Desde el otro extremo del cráter, también puedes ver dónde se hunden las paredes exteriores del volcán como acantilados abruptos en el Océano Pacífico.

 

Aquí también encontrarás Orongo, un pueblo de piedra que solía ser un importante centro ceremonial. Con 53 casas circulares de piedra, construidas a poca altura y sin ventanas, Orongo fue el sitio de una de las hazañas más espectaculares y peligrosas de la cultura Rapa Nui. Cada año, se llevó a cabo una competencia para traer de vuelta el primer huevo «manu tara» (ave charrán sombrío) de la temporada. Los charránes anidan en una pequeña isla cerca de la costa llamada Motu Nui; para llegar a la isla, los participantes tenían que bajar escalando los escarpados acantilados volcánicos del mar, nadar hasta la isla, tomar un huevo y luego repetir el viaje de regreso al volcán. Increíblemente peligroso, muchos participantes murieron durante la carrera, ya sea cayendo desde los acantilados, siendo devorados por tiburones o ahogados. El hombre que finalmente emergió como el vencedor fue nombrado el «Tangata manu» (hombre-pájaro).

Hoy en día declarado Patrimonio de la Humanidad dentro del Parque Nacional Rapa Nui, puedes visitar Orongo y ver por ti mismo cuán peligrosa fue la carrera.

Ana Te Pahu & Ahu Akivi 

La Isla de Pascua fue creada hace más de 750,000 años por explosiones volcánicas. Durante su formación, la lava creó canales subterráneos en toda la isla, que se endurecieron formando rocas y así cavidades en la tierra. Ana Te Pahu (que significa «la cueva del tambor») es la más grande de estas cuevas volcánicas.

Ubicada cerca de la base de Ma′unga Terevaka, en el pasado, la cueva probablemente fue utilizada como un lugar de refugio, ya que la entrada de la cueva es de fácil acceso. Un foso cerca de la cueva alberga un reservorio de agua y los arqueólogos han encontrado evidencia de cocinas antiguas. La entrada a la cueva también estaba rodeada de plataneros, lo que le dio a Ana Te Pahu su segundo nombre, «la cueva de los plátanos».

Los visitantes pueden explorar la cueva por su cuenta, ya que hay caminos rudimentarios, pero se recomienda que traigan zapatos resistentes para caminar y una linterna.

Cerca de la cueva, también encontrarás uno de los ahus de la isla, Ahu Akivi. Aunque no es tan conocido como Ahu Tongariki, es uno de los sitios más sagrados de Rapa Nui. Erigido en el siglo XVI, se creía que los siete moái en el ahu eran las reencarnaciones de importantes líderes o reyes en la Isla de Pascua, y por eso se construyeron y colocaron frente al Océano Pacífico (en lugar del interior del país, como otros ahus) como símbolos de buen agüero de protección y suerte para los clanes de cada líder moái.

 

El sitio también se usó para observaciones astronómicas sirviendo como punto de medición, dado que las siete estatuas moai miran hacia la puesta de sol durante el equinoccio de primavera y dan la espalda al amanecer durante el equinoccio de otoño (el único ahu de la isla que tiene esta característica).

Anakena Beach 

Los visitantes de la Isla de Pascua vienen principalmente a descubrir la historia y la cultura únicas de la isla. Pero no olvides que la Isla de Pascua sigue siendo una isla tropical en medio del Océano Pacífico, con un clima encantador, vistas plácidas al océano y playas de arena que son perfectas para días de descanso y relajación. Anakena es la playa principal de la isla: una ensenada protegida de playas de coral blanco, agua turquesa y palmeras onduladas. Idílico y aislado, es el lugar perfecto para pasar un día disfrutando del sol y del surf después de días de inmersión cultural. El agua se mantiene lo suficientemente cálida para nadar durante todo el año, y hay restaurantes, áreas de pícnic e instalaciones cercanas para los excursionistas de Hanga Roa (la principal ciudad de la isla).

Pero Anakena es más que una playa bonita: en realidad es la cuna de la cultura y civilización de Rapa Nui. El primer rey de la isla, Ariki Hotu Matu’a, aterrizó aquí con su tribu y estableció la primera colonia en la Isla de Pascua, y más tarde, la playa y las tierras circundantes fueron el hogar de la tribu real Miru y un importante centro cultural. Todo esto se sabe de los muchos artefactos arqueológicos encontrados alrededor de la playa y las colinas cercanas, así como dos ahu.

Ahu Te Pito Kura & Paro Moai 

Ahu Te Pito Kura forma parte de un complejo histórico de obras, ubicados estratégica y simbólicamente en el centro del sitio. El ahu tiene solo un moái, Paro, que fue derribado y destruido en el pasado (se cree que sucedió a mediados del siglo XIX). Pero Paro es más importante porque fue el moái más grande jamás hecho y transportado en la Isla de Pascua.

Hecho en la cantera de Rano Raraku a más de 8 kilómetros de distancia, mover esta estatua gigantesca, que pesa más de 80 toneladas y mide aproximadamente 10 metros de largo, debe haber sido un logro increíblemente difícil y agotador. Hoy, Paro está boca abajo donde cayó por primera vez, con su moño pukao a corta distancia frente a él.

 

Pero el sitio contiene otros tesoros, como la piedra magnética. La leyenda dice que esta piedra grande y esférica fue llevada a la Isla de Pascua por su primer rey Hotu Matu’a y que posee una energía especial llamada «mana», que actúa como una especie de imán. Esto puede explicarse por la presencia de grandes cantidades de contenido de hierro en la piedra, lo que hace que se caliente rápidamente y afecte a los compases cercanos. En el pasado, los visitantes podían poner sus manos sobre la piedra para tratar de sentir la energía en su interior, pero después de comportamientos inapropiados, ya no está permitido. La piedra es lo que le da al sitio su nombre: «El Ombligo del Mundo».

 

10 lugares en Chile que no sabías que existían

 

 

1) PARQUE NACIONAL YENDEGAIA

Este Parque Nacional de 150,612 hectáreas, en el extremo sur de Chile en Tierra del Fuego, solo fue abierto en diciembre 2013. Al este, linda con el Parque Nacional Tierra del Fuego en Argentina; juntos, los dos parques se llaman “Parque para la Paz.”

El paisaje hermoso de Yendegaia incluye árboles como ñires, coigüe, canelo y el notro chileno, también pastizales extensivos, un litoral escarpado, ríos rápidos, montañas sublimes, lagos, glaciares, y matorrales y hierbas resistentes al viento, fuertes lluvias y bajas temperaturas. De junio a septiembre, las temperaturas pueden alcanzar 11 grados bajo cero, pero en verano suben hasta los 24 grados.

Además de las 128 especies de plantas vasculares, 49 especies de ave y otros animales – algunos en peligro de extinción, como por ejemplo el zorro andino, el huillín, y el cauquén colorado – tienen que vivir con ese clima. Otros animales que habitan el lugar son focas leopardo, elefantes marinos y gaviotas cocineras.

El objetivo del Parque Nacional es de conservar la biodiversidad y animar el turismo en las áreas de aventura, outdoor, intereses especiales y ecoturismo. Ya que sólo fue fundado en 2013, aún no existen senderos oficiales, pero se puede explorar el área mediante varios senderos no oficiales que parten desde cualquier punto en la carretera Y-85, desde el Lago Fagnago, o en barco desde Puerto Williams. Además, una carretera desde Vicunya hasta Yendegaia está bajo construcción y probablemente estará lista para 2020.

 

Isla Mocha Chile

 

2) ISLA MOCHA, TIRÚA

Para llegar a esta isla de 48 km² que pertenece a la Región Bío-Bío, hay que ir en barco o helicóptero desde Tirúa, que está a 34km y es la ciudad más cercana en tierra.

El centro de la isla fue declarada reserva natural por el CONAF gracias a los bosques de arrayan, lenga y ulmo olivillo chileno, parcialmente en una pequeña cadena montañosa que alcanza 390 metros de altura. En el Sendero Camino Nuevo, un sendero para caminar de 1.5 horas, también se pueden percibir algunos animales como por ejemplos el chucao, la pardela patirrosa, y el degú, que es endémico de Isla Mocha y es en peligro crítico de extinción. Otro animal interesante, aunque lleva casi dos siglos muerto, es Mocha Dick, la ballena que inspiró a Herman Melville para su novela famosa Moby Dick, y que contribuyó a los más de 100 naufragios por Isla Mocha.

En sus largas playas arenosas, los pescadores comparten la costa que windsurfers, marineros y otras personas simplemente disfrutando de un paseo fácil por la orilla del pacífico.
Con 15-30°C, es más relajante ir durante el verano, ya que las temperaturas de invierno pueden variar entre 10 y 15 grados y siempre hay mucha lluvia. No hay cajeros automáticos ni en la isla ni en Tirúa, así que es importante llevar suficiente efectivo. Además, hay un solo hotel en toda la isla. Sin embargo, los habitantes están dispuestos a alojar a turistas, o puedes tomar la oportunidad de hacer camping bajo las estrellas.

 

Salto del Indio

 

3) SALTO DEL INDIO, CURACAUTÍN

En la Región Araucanía, 14 km de la ciudad de Curacautín y a 719 metros de altitud, el hermoso salto de 20 metros de altura Salto del Indio te espera.

Aunque la visibilidad de la cascada es restringida por los bosques, se puede observar vistas asombrosas de ella desde los muchos miradores por el lugar. También hay huellas que conducen directamente al pie de la cascada, que es la intersección de los ríos Indio y Cautín. El primero de estos termina ahí y se convierte en el Salto del Indio. Según una antigua leyenda, el salto se formó cuando el niño indio Cayú se tiró al Río Cautín porque no podía estar junto con su amor Millaray, Princesa de Araucanía.

La cascada es parte del Parque Senderos del Indio de 12 hectáreas, que ofrece restaurantes, cabañas, un hostal, artesanía, miradores y una granja en miniatura en un paisaje fascinante compuesto por sedimentos volcánicos del Volcán Lonquimay.

 

Los Molles chile

 

4) LOS MOLLES

El pequeño pueblo costero de Los Molles en la Región Valparaíso, a solo 8km de la Región Coquimbo, es el lugar ideal para unas vacaciones relajantes.

Aunque el pueblo es más que preparado para los turistas – hay 678 casas, pero sólo 636 habitantes – es un lugar tranquilo con restaurantes con vistas al mar, playas de arena blanca, bellos atardeceres, oportunidades de hacer camping, y ofertas de turismo de aventura como bucear o explorar cuevas.

Además del turismo, la comida agrícola, la artesanía, la pesca y la acuicultura juegan un gran papel en la vida de los habitantes.

130 de más de 300 especies de planta en Los Molles son endémicas y muchas de ellas se pueden encontrar en el Bioparque Puquén, por ejemplo el lúcumo en peligro de extinción y varios cactus, la astromelia y la marsilea. También habitan ahí el colocolo, el gato marino y la foca. Se destacan los depósitos paleontológicos con fósiles de crustáceo y de insectos, y también una red de cuevas subterráneas y un “géiser frío”.

 

Chañaral de aceituno

 

5) CHAÑARAL DE ACEITUNO

Chañaral de Aceituno no es un pueblo, sino una cala en la municipalidad de Freirina, Región Atacama, a dos horas de Vallenar.

El motivo por el que tanta gente viene aquí son las ballenas. Durante el verano, hasta seis distintos tipos de ballena se pueden observar desde este lugar.

Frente a la cala esta la Isla Chañaral, parte de la Reserva Nacional CONAF Pingüino de Humboldt, donde habitan muchos pingüinos de Humboldt. En ciertas épocas del año, también se pueden ver distintos grupos de delfín mular común.

 

Ventisquero Queulat

 

6)  VENTISQUERO COLGANTE QUEULAT

El nombre de Ventisquero Colgante Queulat describe un ventisquero colgante de hasta 293 metros de altura, ubicado dentro del Parque Nacional Queulat en la Región Aysén del General Carlos Ibáñez en el sur de Chile.

El Parque linda al Río Cisner al sur y a la Reserva Nacional Lago Rosselot al oeste. Su área de 1541 km² cubre montañas de cumbres cubiertas de glaciares, bosques perennes vírgenes, lagos, lagunas, dos pequeños campos de hielo e incluso parte del Grupo del Volcanes Puyuhuapi. Los bosques de lluvias templados de Valdivia tienen tepú, quila, chilco, nalca, coigüe de Magallanes y lenga. Junto con mamíferos como el pudú y el kodkod, también viven en esta área aves como el chucao tapaculo, la paloma araucana, el carpintero negro, el rayadito, el pato maicero y muchas más.

 

ISLA-MADRE-DE-DIOS

 

7)  ISLA MADRE DE DIOS

A solo una excursión en barco de un día desde Puerto Natales, se encuentra la isla Madre de Dios, ubicada en la Región Magallanes, no muy lejos del Parque Nacional Bernardo O’Higgins. Es parte del archipiélago Madre de Dios, que consiste en cinco islas. Sólo una de ellas es habitada.

En las costas empinadas de la isla de 1043 km², que es compuesta parcialmente de caliza y que fue declarada como reserva natural en 2008, hay varias cuevas naturales creadas por la combinación erosiva del viento y de las mareas. Algunas de ellas fueron usadas por el pueblo Kaweskar, que vivió ahí desde hace 6000 años hasta el siglo 21, con distintos propósitos como lugares de entierro o camping temporales. En 2006, la Cueva del Pacífico fue descubierta con sus pinturas y arte rupestres. Otra cueva interesante es la “Cueva de las Ballenas”, donde se descubrieron esqueletos de ballena de hace 2600-3500 años.

 

Cerro las Peinetas

 

8) CERRO LAS PEINETAS

Fue sólo en 2002 cuando esta montaña de más de 2000 metros de altura en el Parque Nacional Villarrica en la Región de Araucanía fue escalada por primera vez. Desde entonces, se han detectado pocas rutas, pero si hay una ruta de trekking de seis horas y una ruta de escalar de diez horas. Sin embargo, estas actividades sólo son recomendables para escaladores físicamente en forma y con experiencia.

El paisaje alrededor de esta montaña de origen volcánica presenta el valle verde e irregular del Río Trancura, de origen glacial, y se pueden encontrar arboles como el raulí, el coigüe, la lenga y la araucaria.

Para llegar, se puede ir desde el Lago Tromen o desde varios puntos en la carretera hacia el cruce fronterizo con Argentina en Mamuil Malal.

 

 

9)  ALTOS DEL LIRCAY NATIONAL RESERVE

Si estas en Santiago y no sabes a donde ir, la Reserva Nacional Altos del Lircay de 12.163 hectáreas no queda muy lejos, aproximadamente 270 km al sur en la Región del Maule, cerca de la cordillera, y los volcanes Descabezado Grande y Cerro Azul.

Alrededor de los tres ríos principales de la reserva, Lircay, Blanquillo y Claro – este último terminando con un salto espectacular – crecen las especies de árbol en peligro de extinción como el Hualo, siete de las diez especies de árboles Nothofagus de Chile y también los cipreses de la cordillera. Uno de los propósitos de la reservar es de proteger animales raros y en peligro de extinción, como el loro Tricahue, el Sapito Hermoso, el reptil Matuasto del Maule, la lagartija de Cristián, el  pudú, puma y la loica.

El clima se caracteriza por periodos cálidos con algunos áridos extendidos, pero también puede haber nieve en la ladera este durante el invierno y parte de la primavera. La temperatura promedio es 14,7°C.

Al llegar, hay que anunciar su llegada a la Oficina de Guardaparques en la entrada de la reserva y pagar una pequeña tasa ($5000 para adultos del extranjero). Si quiere quedarse en el lugar es importante tener en cuenta que se prohíben las mascotas, la cacería, la pesca y el camping en el mirador Enladrillado o en lagunas de gran altitud. Actualmente los sectores para acampar son los siguientes: Antahuara (punto 1), Los Carpinteros (punto 6), Valle el Venado (punto 10).

Además de poder montar en caballo, también se pueden tomar varias rutas de trekking que varían entre 20 minutos hasta más de 10 horas y caminatas de 4 días.

Salar de Maricunga

 

10)  SALAR DE MARICUNGA

Como parte del Parque Nacional Nevado Tres Cruces en la Región de Atacama, aproximadamente 160km noreste de Copiapó y a 3750 metros de altitud, el Salar de Maricunga se extiende por un área de 80 km².
Este salar antes era un lago, pero

con el tiempo se evaporó el agua y, como se encuentra en medio de dos sierras montañosas (Claudio Gay y Domeyko) y no tiene acceso al mar, la sal permanece en la cuenca.

77 especies de animales, 65 especies de fauna y muchos flamencos viven en el árido desierto del salar, con una temperatura máxima promedio de 18,4°C y una temperatura mínima promedio de 4,5°C. Ya que puede resultar difícil llegar en invierno, el Parque solo está abierto de octubre hasta abril.

Otros lugares de interés dentro del Parque Nacional Nevado Tres Cruces son la Laguna Santa Rosa, también al norte, y la Laguna Negro Francisco al sur del Parque, que tiene menos altura que la del norte.

En esta zona cerca de la frontera argentina, también está la cumbre de montaña más alta de Chile, que es del volcán Nevado Ojos del Salado, el volcán activo más alto del mundo. Otros volcanes en el entorno del salar incluyen el Incahuasi, el San Francisco, el Tres Cruces, y muchos más.